Podría ahogarme en el mar de tu mirada. Sin pue digas nada me tienes desnuda en cuerpo y alma. Tan profundo como el mar, tan intenso como el Sol, me iluminas como la Luna. Con un dulce beso me derrito en tu sendero, que tiernamente me lleva a la hoguera de tu cuerpo. Y como en un hechizo de magia, en un instante ardo en llamas, y milagrosamente salgo sana y salva con el fuego por dentro y pureza en alma.
domingo, 9 de agosto de 2009
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